La Hipófisis, una de las glándulas más importantes del Ser Humano. Situada en el centro geométrico de la cabeza y en la base del cráneo, muy asociada al hipotálamo y con funciones muy especiales en el buen comportamiento orgánico.
Conformada por dos lóbulos, uno anterior y otro posterior, cada uno con su nombre y su función energética y cósmica. El posterior es la Hipófisis en sí misma y está conectada con el espacio. Una buena hipófisis, hace que su poseedor tenga una casa grande, prosperidad, generosidad, grandes ideas de expansión y sinceridad con su vida y con el prójimo. Cuando este lóbulo es pobre de energía, su luz se opaca, el espacio se cierra y el dueño se hace avaro, codicioso, tramposo y mentiroso.
El lóbulo anterior, contiene la Pituitaria y desde su centro proyecta un eje de unos 45 grados, que cruza por el entrecejo y se proyecta al Universo. Alrededor de ese eje se abre un cono hacia el infinito, que se transforma, en un parlante hacia las estrellas y un auricular desde ellas, convirtiéndose en la intuición, la voz del Universo en ti.
Para que haya una maravillosa luz y una poderosa energía en la hipófisis, es necesario conservar las leyes que nos rigen muy limpias haciendo planes concretos, dejando atrás la ilusión, el fanatismo, la fantasía y los malos recuerdos, además de mirar las estrellas como la obra más fabulosa de su hacedor.
La hipófisis, el radar de tu Estar, tu Sentir y tu Realizar. Amala.